martes, 18 de abril de 2017

Victimae paschali laudes

La liturgia del Martes de Pascua nos presenta a María Magdalena, ante la que se aparece el Señor resucitado. Esto nos da pie para referirnos a la secuencia Victimae paschali laudes, que canta la Liturgia latina durante la Octava de Pascua, y cuyo texto parte de este acontecimiento central de los testimonios pascuales. Las secuencias eran himnos, que se cantaban antes del Evangelio del día, y que comentaban poéticamente el misterio celebrado en la liturgia.

La secuencia de Pascua  se atribuye a Wipo de Burgundia, monje del siglo XI que fue capellán de Conrado II, pero también se ha adjudicado a Notker Balbulus, Roberto II de Francia y Adán de San Víctor. Diversas composiciones musicales se han preparado a lo largo del tiempo para el texto: hay composiciones renacentistas y barrocas, por ejemplo, de Busnois, Josquin, Lasso, Willaert, Hans Buchner, Palestrina, Byrd, Perosi y Fernando de las Infantas. Existen también algunos himnos luteranos derivados del Victimae Paschali Laudes, como Christ ist erstanden o Christ lag in Todesbanden.

Vamos a escuchar una versión muy festiva con introducción y acompañamiento del gran órgano de Notre Dame de Paris, interpretado por Philippe Lefebvre.



Victimae paschali laudes
immolent Christiani.

Agnus redemit oves:
Christus innocens Patri
reconciliavit peccatores.

Mors et vita duello
conflixere mirando:
dux vitae mortuus,
regnat vivus.

Dic nobis Maria,
quid vidisti in via?
Sepulcrum Christi viventis,
et gloriam vidi resurgentis:

Angelicos testes,
sudarium, et vestes.
Surrexit Christus spes mea:
praecedet suos in Galilaeam.

Scimus Christum surrexisse
a mortuis vere:
Tu nobis, victor Rex, miserere.




A la Víctima pascual 
ofrezcan alabanzas los cristianos.

El Cordero redimió a las ovejas: 
Cristo inocente 
reconcilió a los pecadores con el Padre.

La muerte y la Vida se enfrentaron 
en lucha singular. 
El dueño de la Vida, que había muerto, 
reina vivo.

Dinos, María, qué has visto en el camino? Vi el sepulcro de Cristo viviente 
y la gloria del que resucitó, 

a unos ángeles,
el sudario y los vestidos.
Resucitó Cristo, mi esperanza; 
precederá en Galilea a los suyos 

Sabemos que Cristo verdaderamente resucitó de entre los muertos.
Tú, Rey victorioso, ten piedad

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