jueves, 23 de marzo de 2017

Cristóbal de Morales. Lamentabatur Jacob.

Este motete que hoy traemos a la consideración orante está considerado como una de las más bellas composiciones musicales de todo el Renacimiento. Cristóbal de Morales lo compuso hacia 1543, sobre el noveno responsorio de la liturgia de Maitines del Tercer Domingo de Cuaresma, cuyo texto está tomado del lamento de Jacob por la pérdida de su hijo Benjamín, obligado a permanecer en Egipto por su hermano José, tal como relata el Libro del Génesis. Según se sabe, la composición de Morales se cantaba como Ofertorio en la liturgia papal de este tercer domingo de Cuaresma. La obra es, sencillamente, sublime: expresa el llanto de un anciano, que ha perdido a sus dos hijos más pequeños, el llanto dolorido del hombre en su ocaso a quien el dolor embarga, el llanto de quien ve extinguidos sus deseos, y que suplica ante Dios ayuda.


Lamentabatur Jacob de duobus filius suis dicens: Heu me, dolens sum ego de Joseph perdito et tristis nimis de Benjamin, ducto pro alimonis.
Precor caelestem regem ut me dolentem nimium faciat eos cernere.
Prosternens se Jacob, vehementer lacrimis pronus in terram, et adoran ait:
Precor caelestem regem ut me dolentem nimium faciat eos cernere.
Se lamentaba Jacob por su dos hijos, diciendo: Ay de mí, sufro por mi José, perdido, y triste está mi alma por Benjamín, llevado por extranjeros.
Le pido al rey de cielo que me permita, en mi dolor, volverlos a ver.
José se postré en tierra, y llorando vehementemente, oró así:
Le pido al rey de cielo que me permita, en mi dolor, volverlos a ver.

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