martes, 29 de enero de 2013

Carlo Gesulado: Pecantem me quotidie

El Oficio de Difuntos es una composición litúrgica llena de piezas extremadamente conmovedoras. Hoy hemos elegido una de ellas, el responsorio del tercer nocturno de Maitines: Peccantem me quotide.

Peccantem me quotidie,
et non poenitentem,
timor mortis conturbat me.
Quia in inferno nulla est redemptio,
miserere mei, Deus, et salva me.
Al pecar cada día y no convertirme,
me estremece el temor a la muerte.
Ya que en el infierno
no es posible la redención,
ten piedad de mí, Dios mío, y sálvame.

El autor de la versión que hoy proponemos es uno de los músicos más geniales y controvertidos del Renacimiento: Carlo Gesualdo, Príncipe de Venosa (1566-1613). Su vida estuvo marcada por el adulterio de su esposa, María de Ávalos, su bárbaro asesinato; su posterior nuevo matrimonio, envuelto con sus propias infidelidades, y las desmedidas penitencias que se impuso al final de su vida. De sus propias experiencias vitales brota una música conmovedora, sobre un texto que urge a la conversión, ante el recuerdo de la propia muerte.



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